Limpieza Facial

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Limpieza facial diaria

Incluir una limpieza facial diaria debería de ser obligado en toda rutina de cuidados diarios. La limpieza facial no es otra cosa que un procedimiento destinado a limpiar la piel de la cara con el objetivo de mejorar el aspecto, eliminando impurezas y aportando la hidratación y nutrición que ésta necesita.

Nuestra cara está expuesta a todo tipo de agentes externos como maquillaje, suciedad del ambiente, sol, cambios de temperatura… que penetran y acaban por secar e incluso dañar la piel. Es por ello que disponer de una rutina de limpieza facial es importantísimo porque ayuda a tener la cara limpia y perfecta para posteriores tratamientos.

Al igual que nos lavamos los dientes a diario (y más de una vez), deberíamos de hacer de la limpieza facial un hábito y limpiarnos la piel del rostro todos los días de la semana. Al fin y al cabo, los microorganismos y la suciedad procedente de todos los agentes externos citados anteriormente se depositan en tu rostro a cada momento.

¿Cómo realizar una limpieza facial?

Se trata de un proceso sencillo y rápido que apenas te robará un par de minutos. Lo ideal es limpiar el rostro dos veces al día: una por la mañana y otra por la noche. Con la primera eliminarás el exceso de grasa que se produce al dormir y con la segunda retirarás las impurezas procedentes de los maquillajes y agentes externos.

Uno de los limpiadores más universales que existe es el agua micelar. El secreto de su éxito es que son productos dermocosméticos amigables con todo tipo de pieles, suaves y fáciles de usar, además de resultar tremendamente efectivos.

También existen cremas, leches y espumas limpiadoras, que suelen ser productos muy respetuosos con tu rostro y que, además, aportan siempre un puntito de hidratación, lo que evita tiranteces y sequedades en la piel.

Si te maquillas emplea, para eliminar todos los restos de maquillaje, productos desmaquillantes específicos. Generalmente son productos de base oleosa, porque el aceite descompone el maquillaje sin esfuerzo haciendo que resulte su desprendimiento de la piel muy sencillo.

El procedimiento más habitual es utilizarlos con un disco de algodón de limpieza.

Exfoliantes faciales

Los exfoliantes sirven también para limpiar y eliminar impurezas de tu rostro. Son productos muy eficientes porque además de limpiar, eliminan también células muertas, activan la renovación celular, también la circulación sanguínea, tonifican y aclaran la piel y un largo etcétera.

Existen de varios tipos, siendo los más utilizados aquellos con textura tipo crema o pomada que que contienen gránulos abrasivos. También se pueden considerar exfoliantes los cepillos de limpieza facial.

A pesar de la efectividad y versatilidad de estos productos, se deben de considerar pequeñas precauciones luego del uso de exfoliantes. Es importante la aplicación de productos de protección solar los días siguientes después de su uso, ya que, como venimos comentando, se trata de una zona de elevada exposición solar. Conviene revisar las indicaciones del propio fabricante en cuanto a su uso y aplicaciones.

Limpieza facial en función del tipo de piel

Tampoco olvides elegir los productos en función de si tu piel es normal (con apenas impurezas, pero sí más tirante y escamada), grasa (aspecto brillante, con falta de transparencia e incluso con espinillas al tener los poros taponados) o mixta (que tiende a acumular grasa en la zona T y aspereza en pómulos). Existen también limpiadores faciales aptos para pieles sensibles.